Posiblemente, al navegar por Internet, alguna vez hayamos visto diferentes “terminaciones” de páginas web, como .com, .org, o .es. Estos son los considerados ‘dominios de nivel superior’.

Habitualmente, estos dominios se utilizan para designar una categoría a la página web que se está visitando. De esta forma, los “.com” se refieren a compañías; y los “.org” a organizaciones.

Sin embargo, esto no siempre es así.

En diferentes ocasiones hemos oído hablar de España como uno de los principales destinos turísticos para pasar las vacaciones. Sin embargo, tras la situación de confinamiento ocasionada por la pandemia de Covid-19, y después de la “normalización” del teletrabajo en determinadas empresas, se ha ampliado el rango de quienes disfrutan de nuestro país movidos por otros intereses.

Desde hace unos años, son los trabajadores remotos quienes también avalan la buena calidad de vida durante las estancias en España.

El término «derecho a la desconexión digital» se ha convertido en un leitmotiv en las conversaciones actuales sobre el entorno laboral y la privacidad. Esta expresión hace referencia al derecho de los trabajadores a no estar permanentemente conectados a dispositivos electrónicos fuera de su horario laboral. La desconexión digital ha sido considerada como un derecho incuestionable para proteger la salud mental de los empleados y restablecer el equilibrio entre la vida laboral y la personal.

Sin embargo, como con cualquier tema complejo, existen diferentes perspectivas y matices que deben ser considerados al evaluar su alcance y aplicabilidad.

En un mundo en constante evolución, los términos y conceptos que definen nuestras preocupaciones y comportamientos también cambian con el tiempo.

Hace algunos años, el «FOMO» (Fear of Missing Out), o “miedo a perderse algo”, era una de las preocupaciones predominantes en la sociedad, impulsada por la necesidad de estar constantemente conectados y actualizados en un mundo digital hiperactivo. Sin embargo, en la actualidad, otro término ha emergido con fuerza: el «FOBO» (Fear of Becoming Obsolete), o “miedo a quedarse obsoleto”.FOBO, en su esencia, representa el miedo persistente que sienten las personas ante la posibilidad de que la tecnología reemplace sus habilidades y puestos de trabajo.

En la era digital, surgen constantemente nuevas tendencias y filosofías de vida que capturan la atención de las generaciones más jóvenes. Una de estas tendencias es la del ‘delulu’, un término que ha ganado popularidad entre la Generación Z, especialmente en  redes sociales 

Originado en la comunidad del K-Pop , donde se utilizaba de manera despectiva para referirse a los fans obsesivos, el “delulu” ha evolucionado hacia una supuesta filosofía de vida positiva que promueve el autoengaño como medio para alcanzar la felicidad y el éxito. El “delulu” se presenta como una visión optimista de la vida, donde la autoconfianza y la autoafirmación son las claves para lograr metas aparentemente inalcanzables.

El marketing de escasez, una estrategia ampliamente utilizada en el mundo del comercio, ha ganado popularidad en los últimos años como una táctica persuasiva para impulsar las ventas y generar una sensación de urgencia en los consumidores. El término ‘escasez’ proviene del latín ‘scarcitas’, que significa falta o carencia. En el contexto actual en España, esta estrategia se ha vuelto omnipresente, especialmente durante eventos de compras intensivas como el Black Friday o el periodo de rebajas, donde las empresas compiten por captar la atención de los consumidores y aumentar sus ventas.

En el mundo del márketing y la publicidad, el término ‘washing’ ha adquirido una relevancia significativa en los últimos años. Este concepto se refiere a las estrategias engañosas, utilizadas por las empresas para proyectar una imagen de compromiso con causas sociales o ambientales sin respaldarlo con acciones reales. Tipos como el ‘greenwashing’ (compromiso con el medio ambiente), el ‘purplewashing’ (medidas a favor del feminismo), el ‘rainbow-washing’ (defensa de los derechos del colectivo LGTB) y otros, han permeado el entorno empresarial, generando debates sobre la ética y la transparencia en las prácticas comerciales.

Las ‘joint ventures’,  son una estrategia de negocio en la que dos o más empresas se asocian para llevar a cabo un proyecto o actividad comercial en común, con el objetivo de obtener beneficios mutuos. Aunque pueden ofrecer ventajas como el acceso a nuevos mercados, la compartición de recursos y costos, y la diversificación de riesgos.

Acceso a nuevos mercados. Al asociarse con una empresa local o con conocimientos y recursos específicos, una empresa puede expandirse a nuevos territorios y aumentar su alcance en el mercado. 

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